MI VIAJE POR SUDAMÉRICA VIII - Experiencia en Lima, continuación


Continuación de la experiencia en Lima

La verdad, convivir con esa familia de médicos naturistas, la familia Casanova, tanto en la clínica en plena acción como en su casa compartiendo su vida privada y hasta haciendo ceremonias con ellos hace que esta experiencia esté sin duda en la lista de las experiencias más intensas y enriquecedoras de nuestro viaje.

Lo que me queda por relatar de nuestra estancia con la familia, que yo recuerde, es que salimos dos noches con Úrsula y sus amigas a bailar, y también que nos fuimos dos días de Huachipa a Lima para desconectar.

Respecto a salir a bailar, la primera noche salimos solo con Karin y Úrsula, y nos llevaron a ver la playa, desde el coche porque ya era de noche, y el barrio de Miraflores, que es de los más adinerados de la ciudad.

Fuimos a la calle de las Pizzas, que estaba llena de pizzerías (de ahí su nombre, ja) y lo más destacado es que fuera de cada pizzería había un comercial que nos "animaba" a entrar en su local a comer, pero claro, de un modo algo invasivo, que solo les faltaba cogernos por el cuello y meternos a la fuerza… un poco exagerado, vamos.

Entramos finalmente en un local que no era de pizzas sino de música cubana, llamado "El Son de Cuba". Allí había unas mesas, una barra de bebidas y sobre la barra un escenario donde una banda cubana tocaba y cantaba en vivo. Los bailarines eran muchos y ¡muy buenos! ¿Alguien ha visto bailar a los cubanos y cubanas? Tienen esa facilidad de movimiento y esa alegría en el cuerpo tan especial…
Allí se daban también clases de baile…¡me di cuenta de que me irían bien unas cuantas! La verdad es que era muy bonito ver bailar a aquella gente, y daba un poco de vergüenza salir a bailar así de cualquier manera, aunque por supuesto salimos a bailar sin reparos. De ahí ya nos fuimos a casa.

La siguiente vez que salimos éramos más, conocimos a Gabriela, la hermana de Karin, también estaba Úrsula, Karin, y conocimos a Lía, una chica muy guapa que parecía brasileña, pero era de allí del Perú, solo que venía de la selva. Es más morena de piel y con el pelo rizado.

Después de comer algo fuimos a un karaoke que parecía de bastante nivel (económico), y no nos dejaron entrar porque yo llevaba chancletas (en Tenerife cholas)(aquí en Perú cholas son las mujeres jóvenes, las muy jóvenes son cholitas) y Balta llevaba pantalón corto y zapatillas (en Tenerife tenis).
Lía trató de negociar nuestra entrada pero no querían arriesgarse a que bajáramos el nivel del local… más con estas barbas…

Así que fuimos a otro Karaoke con menos aires, y allí estuvimos

solamente una media hora, por alguna cuestión referenta a la consumición obligatoria.

Así que fuimos a otro y esta vez nos quedamos hasta el final.
Allí se nos unieron dos chicos, uno era el novio de Lía, que también se llama Julio como yo, y otro cuyo nombre no recuerdo.

Allí pedimos unos zumos de naranja Balta y yo, y los demás bebidas alcohólicas.
Pedimos bastantes canciones pero no nos dio tiempo a cantar a Balta y a mi, y eso que estuvimos 3 o 4 horas, porque había mucha mesas y se iban intercalando.
Bailamos algunas canciones, a la gente le costaba animarse a salir a la pista, y algunas veces estaba Balta bailando solo o conmigo (separados eh).

En una ocasión en la que estábamos bailando casi todo el grupo, vino a unirse a nosotros una chica delgada, muy morena y guapísima, con una sonrisa y una luz tales que parecía un ángel.
Se acercó y nos preguntó: "¿puedo bailar con ustedes? Es que mi novio es un aburrido".
Nos quedamos sorprendidos y la aceptamos inmediatamente porque lo había preguntado con mucha gracia e inocencia, y con una sonrisa deslumbrante.
Después cuando nos fuimos esta chica nos pidió a Balta y a mí si podía hacerse una foto con nosotros (primero con uno y luego con otro). Aceptamos encantados y al hacernos la foto y para nuestra sorpresa nos abrazó muy de cerca, cosa extraña en las chicas de ese país, normalmente tímidas para hablar y mucho más para el contacto físico. Desde luego esa chica es especial.
Su novio, que estaba presente, nos sacó la foto.

Lo que me queda ahora por relatar es la estancia en Lima ciudad por dos días para desconectar, antes de volver a Huachipa para la segunda ceremonia con la familia Casanova.

Podrían haber sido dos días normales de descanso y relax (si eso es posible en una ciudad de 9 millones de habitantes), pero no fue así ya desde el principio.

Nada más llegar a la ciudad, nos fuimos directos a ver a una chica que Balta había conocido en la clínica y que tiene un restaurante vegetariano y una tienda naturista en la ciudad. Su nombre es Marilú.

Lo primero que me llamó la atención fue leer en un cartel a la puerta del restaurante: "pollo con…" y "lomo con…"… ¿pero no se supone que es vegetariano? Me pregunté.
Consultamos con las chicas que atendían en el pequeñísimo restaurante y nos dijeron "¡no!¡todo está hecho con soya!"
Pues anda. ¿Entonces por que poner pollo y lomo???

En mi opinión, este intento de que la comida vegetal parezca carne, sepa como carne y huela como carne es un triste intento de continuar con un carnivorismo tan extendido como dañino.
Además, recientemente he oído que la materia prima que usan para estas carnes vegetales no es ni mucho menos de la mejor calidad, y lo creo.
Y que conste que esto también pasa en Europa. El caso es mantenernos alejados del alimento vivo, crudo y fresco, tal como lo da nuestra Madre Tierra, alimento que nos da vitalidad, claridad y felicidad, manteniendo sin embargo la cultura en la que prima el apetitoso sabor por encima de la energía y la vida del alimento.

Y por experiencia digo que cuando has comido solamente alimentos crudos y frescos durante una época más o menos larga, al menos de un mes, ningún plato cocinado, por bien condimentado que esté, iguala al sabor natural de una fruta en su estado óptimo de madurez. Sí que viene el fantasma del pasado, de la costumbre, cuando hueles algo cocinado, pero a la hora de comerlo se reconoce honestamente que no era lo que recordabas y que el sabor es más que artificial.
Bueno, pues después fuimos a la tienda naturista de al lado y encontramos a Marilú, que nos ofreció muy amablemente que nos tomáramos algo por invitación suya. Nos tomamos un zumo y yo aparte me comí un trozo de bizcocho de choclo (maíz).

Después de un rato hablando nos dimos cuenta de que tenía mucho trabajo, así que pensamos en ir a coger una habitación en un hostal y dejar allí las mochilas para andar más cómodos.
En ese momento que lo estábamos hablando vimos que Marilú estaba buscando algo por todas partes, y nos dijo que no encontraba su calculadora para hacer las cuentas.
Balta le ofreció la suya, la buscó en su bolso pero no la encontró. Entonces me acordé de que yo había visto una calculadora en casa del Dr. Casanova y le dije a Balta que igual era esa que se la había dejado.
Yo le ofrecí a Marilú mi móvil, que tiene calculadora, pero dijo que no y siguió buscando.

Así que decidimos irnos a dejar las mochilas, y le preguntamos a qué hora podíamos encontrarla más tranquila para hablar un rato, y nos dijo que sobre las 20:00, así que nos fuimos a buscar un hostal.

Encontramos un hotel, el Hotel América, y cogimos una habitación para cada uno. La verdad me costó encontrar una habitación decente porque casi todas estaban sin limpiar, algunas parecía que desde muchos días atrás.
Finalmente me quedé en la habitación de Balta, hablando un rato, mientras me limpiaban una habitación, y después ya me pude trasladar. Allí dejamos las cosas, una buena ducha y salimos buscando algo de fruta para comprar hasta que se hicieron las 20:00.
A esa hora volvimos a la tienda para hablar con Marilú, sin sospechar en absoluto lo que nos esperaba allí.

Nada más llegar Marilú nos acusó de haber robado su calculadora, aquella que no encontraba, porque coincidía que nosotros habíamos salido de la tienda con nuestras mochilas con que la calculadora había desaparecido, aunque como he contado no la encontraba ya antes de nosotros salir. Y como volvíamos ahora sin las mochilas, porque las habíamos dejado en el hotel, pues estaba claro para ella que habíamos robado su calculadora y ahora la teníamos en nuestras mochilas, quién sabe para qué propósito, porque según ella era una calculadora muy barata, de cinco soles, que vienen a ser unos 70 céntimos de Euro, por tanto podríamos revenderla por 30 céntimos de Euro y salir de pobres…
Así que en menos que canta un gallo habíamos caído (sobre todo Balta, porque a mí no me conocía) de la categoría de Entendidos en Salud y Alimentación a la subcategoría de ladrones de muy poca monta.

Bueno, ella argumentaba que nosotros éramos los únicos en la tienda en aquel momento (lo cual no es cierto porque un hombre estaba comiendo en otra mesa y entraron varias personas), así que le entró esta idea en la cabeza de tal manera que nada de lo que le decíamos la hacía reaccionar de su estado de estancamiento mental.

En primer lugar… ¿qué ladrón roba y luego vuelve tranquilamente al lugar de los hechos? ¿qué necesidad? Es un poco absurdo. El buen rollo se nos cortó de golpe. Yo estaba sinceramente estupefacto de estar oyendo lo que estaba oyendo, como si no me lo acabara de creer. Balta se fue calentando y poniéndose firme, porque no es un hombre al que le insultes y no reaccione, más bien todo lo contrario. Y ciertamente, nos estaba insultando.
Así que la conversación se fue poniendo más y más tensa, porque ella no se bajaba del burro y seguía con su idea, a pesar de que estábamos allí delante de ella hablando con sinceridad, y Balta tampoco es de dejar las cosas como están y olvidarse, sino de llegar al final de todo, entonces Marilú estaba en un apuro. A mi entender, por un lado no era aceptable para ella rectificar ahora que había hecho la acusación, pero se encontró que Balta en una persona con un carácter muy fuerte y se enfrentó a ella, así que al final estaba muy nerviosa, pedía a personas de la calle que entraran para mediar en el problema, pero nadie inteligente se mete en los problemas de otro tan fácilmente, y menos si quien tienen enfrente es un hombre robusto de barba blanca que desprende una energía de caballo y además está cabreado.

Así que al final Marilú optó por pedir por favor que nos fuéramos, que lo dejáramos así, que no quería más problemas. Llegó a decir que llamaría a la policía, pero ahí se volvió a tropezar porque Balta se conoce muy bien algunas partes de la ley, y le dijo que perfecto, que llamara a la policía por si quería registrarnos las mochilas en el hotel o lo que quisieran, pero que tuviera cuidado porque una falsa acusación de robo es un delito y él le podía poner una denuncia a ella. Obviamente la contestación la dejó impresionada y sin más recursos. Solo con una incomodidad muy grande. Así que imagino que en lo sucesivo se lo pensará dos o más veces antes de hacer una acusación de ese tipo.

Así que al final la situación no cedía y nos fuimos, pero con la cabeza alta y dejando a Marilú temblando, imagino que con muchas cosas en las que pensar. Sobre todo me encantaría ver su cara al encontrar su dichosa calculadora en cualquier rincón de la tienda.
En realidad, ella pensaba que éramos pobres y no teníamos dinero, porque cuando se encontró con Balta por primera vez fue en la clínica del hijo del doctor Casanova, en un puesto de jugo de caña que hay a la puerta. Balta estaba sentado bebiendo jugo de caña y ella se acercó y empezó a hablarle, y a consultarle cosas de salud, y entonces Balta le dijo que si que se dedicaba a la salud y que normalmente cobra las consultas pero a ella no le cobraría, que se conformaba si le invitaba a un vaso de jugo de caña. Ella dijo que sí y entonces él la estuvo asesorando sobre alimentación durante no sé cuánto tiempo.

Así fue el trato, y sin embargo en la tienda Marilú decía que Balta le había pedido que le invitara a un jugo porque no tenía ni para pagar eso.
Balta sacó entonces un gran fajo de billetes grandes de Euros y se los enseñó, y ella se hacía la loca y como si no hubiera visto nada seguía con su argumento de que habíamos robado la calculadora porque no teníamos dinero ni para un jugo. Cómo se puso de cabezota.
¿Puede llegar a tal grado la estupidez como para ver a alguien con un montón de dinero y aún así seguir llamándole pobre ladrón a la cara?
Ahora bien, entiendo que esto pueda ser algo momentáneo, algo que las dos partes necesitábamos vivir para darnos cuenta de cosas, y acepto que esta mujer no tiene porque ser así siempre, sino que fue probablemente algo del momento.

Después de aquello, aún alucinando, nos fuimos a buscar un cibercafé para entrar en Internet. Al salir de la tienda de Marilú, uno de los "testigos" que había hecho entrar para mediar en el conflicto salió con nosotros y estuvimos hablando amablemente, parecía que tenía un poco más de psicología y sospechaba que nosotros no habíamos tenido nada que ver con la historia de la bendita calculadora.

Bueno, esa noche dormimos a gusto y con la conciencia tranquila, yo estuve bailando en la habitación y me lo pasé muy bien, a pesar de estar echando de menos a mi amor.

Al día siguiente fuimos a un restaurante vegetariano que habíamos visto la noche anterior y que estaba muy cerca del hotel.
Se llama "Su Comedor Vegetariano", es una casa particular convertida en restaurante, un lugar muy bonito lleno de imágenes de Sai Baba, Jesús, Ganesha, Khrisna, Babaji, la diosa hindú de la prosperidad y también había un belén. Sin embargo el protagonista es Sai Baba, la dueña lo ha ido a visitar a la India y tiene una habitación convertida en templo en su honor y hacen reuniones dos veces a la semana. Es una mujer muy agradable.
Es un gusto comer en un sitio así, tiene buena energía, aunque Balta me dice que se nota energéticamente que comen mucho cocinado, que es totalmente diferente a un sitio donde sirven solo frutas y demás crudos.

Pues bueno, creo que no me dejo nada de lo más importante de nuestra estancia en Lima, aunque obviamente esto solo es un repaso superficial, un atisbo incomparable en intensidad con lo que realmente vivimos durante esos días.
Aún así, espero haberles dado una idea aproximada.

Una de las cosas que es ese momento nos cambió en cierto modo los planes fue recibir un correo de Nuria, una amiga muy especial de Balta, en el que decía que quería venir a unirse con nosotros, unirse a nuestro viaje.
Esto le hizo mucha ilusión a Balta, y tras una conversación online decidieron que nos reuniríamos con ella en Cancún, México, en 10 días, el día 20, lo cual ha convertido el resto del viaje, al menos hasta México, casi en una carrera contrarreloj por llegar allí a tiempo, pasando muchos días y muchas noches subidos en un bus.

Les diré que cruzamos 8 países, no muy pequeños, en 10 días. Cruzamos Perú (casi entero), Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, y llegamos a la ciudad de Guatemala el mismo día 20. ¡Menudo viajecito! ¡Vaya lío de fronteras, tasas y cambios de moneda! Una locura.

Así que iniciamos esa carrera al salir de Lima con destino a la frontera con Ecuador. Antes de salir, en la terminal, lo más destacado fue que nos subimos al bus porque ya era la hora prevista de salida y salimos dos horas y media más tarde, porque iban esperando a que se llenara el bus, y esperando, y esperando…
Balta estaba cabreado como un chino, y bajó a echarles bronca.

La otra curiosidad fue que, en un muro de la terminal, con letras muy grandes, se leía: "PROHIBIDO ORINAR BAJO PENA DE ARRESTO"
Eso está en una foto de las de Balta.
Finalmente salimos de Lima.

El viaje fue largo y pesado hasta Sullana, pueblo ya cerca de la frontera con Ecuador, y por lo visto uno de los más peligrosos del Perú por la delincuencia.
Allí nos recomendaban una y otra vez que no saliéramos de la terminal, porque era de madrugada,, y después de muchas preguntas conseguimos averiguar cómo seguir lo antes posible hacia la frontera, que era coger un bus que pasaba por allí sobre las 6:00 (eran las 4:00).

1 comentario:

  1. Hola Julio.
    Soy cubana.
    Gracias por el elogio que haces a los cubanos, su musica y su baile.
    Abrazos
    Sara

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